En declaraciones al podcast de la BBC 'You'll Never Beat Kyle Walker', dijo: "Solía odiar ir a ver futbol con él. No importaba si jugaba bien o mal, me subía al coche y me echaba a llorar. Él decía que no habría hecho esto bien, que no habría hecho aquello bien. No lo hizo porque quisiera hacerme daño. Lo hizo porque le importaba".
Walker explicó que le llevó mucho tiempo ganarse la admiración de su padre por sus logros en el campo. Dijo: "A veces era muy, muy difícil subirme a ese coche, mi madre me decía: 'Michael, déjalo en paz, lo ha hecho bien'. Podría haber marcado tres goles, pero él me habría dicho: 'No, deberías haber marcado seis'. Sólo cuando me hice mayor en mi carrera, me dijo: 'Muy bien, bien jugado, hijo'. Después de un par de años en el City, creo que entonces, me dijo: 'Sabes, de verdad que sabes jugar al futbol'".
Walker explicó que se ha inspirado en su propio padre en cuanto a la crianza de sus propios hijos, aunque sus críticas no sean tan duras: "Sigo sintiendo que algunas de las cosas de la vida, donde me enseñó a ser un ganador, estoy tratando de inculcarles eso a los chicos. Con mis hijos ahora, no los dejo ganar. Si sigo dejándolos ganar, cuando pierdan, será traumático para ellos. Jugaremos un pequeño juego en el jardín o algo así y lo daré todo porque siento que eso va a instalarse en ellos".