El atleta olímpico de 30 años, que ganó la plata en la prueba sincronizada de plataforma de 10 metros en los Juegos de París este verano con Noah Williams, de 24 años, encontró "aterrador" entrar en una nueva década este año porque siempre había asumido que las personas de su deporte que tenían 30 años eran "ancianas".

Le dijo a la revista Times: "Cumplir 30 años fue aterrador. Cuando vi a personas de 30 años saltando, pensé que necesitaban descansar. Se quejaban, 'Mi espalda...' Ahora me siento mal por todas las personas que pensé que eran ancianas. Cuando pedí una margarita el otro día, me pidieron mi identificación. Pensé, ¡me la llevo! Pero cuando me preguntaron si era el padre de mi compañero de saltos sincronizados, Noah, dije: 'No, no soy su maldito padre'".

Tom anunció su retiro de los saltos después de los Juegos Olímpicos y está deseando pasar más tiempo con su marido Dustin Lance Black y sus hijos Robbie, de seis años, y Phoenix, de 18 meses: "Cuando me retire, quiero viajar más con los niños. He viajado toda mi vida para competiciones de saltos. Ahora que puedo, estamos planeando viajar un poco en tren por Europa. Es mucho más fácil viajar por Europa en tren que en Estados Unidos".

Y el deportista admitió que está listo para comenzar el "resto de [su] vida”: "Tengo que colgar los pantalones y comenzar el resto de mi vida. He sido el mayor del equipo durante mucho tiempo".

Tom y su marido han descubierto que tener dos hijos ha sido un gran cambio: "El cambio de tener uno a dos hijos es enorme. Robbie [su hijo mayor, de seis años] acaba de llegar a la edad en la que es como un ser humano. Nunca es fácil, pero es mucho más fácil que la etapa de recién nacido y de niño pequeño".