La manifestación del domingo se produjo tras la decisión de la FA de suspender a una futbolista adolescente por los comentarios que hizo a una oponente transgénero durante un partido de fútbol base.
Se centró en una joven de 17 años que fue suspendida por dos partidos, con cuatro partidos más suspendidos, después de que un panel de la FA la declarara culpable de discriminación.
El grupo antidiscriminación Kick It Out la denunció por preguntar repetidamente a su oponente durante el partido: "¿Eres un hombre?".
La adolescente negó ser transfóbica, alegando que tenía preocupaciones sobre su seguridad y pidió aclaraciones al árbitro sobre la elegibilidad de su oponente. La FA defendió sus acciones, citando la Ley de Igualdad de 2010, que protege el cambio de sexo como una característica: “Este caso en particular fue escuchado por un panel nacional independiente de casos graves... si los detalles del caso se hubieran limitado a los que actualmente son de dominio público, es muy probable que no se hubiera emitido ninguna sanción”.
Se estima que un centenar de manifestantes se reunieron bajo pancartas que decían “No hay hombres en el deporte femenino” y “Salven el deporte femenino”.
Un manifestante dijo: “Es una cuestión básica de justicia y seguridad. Este es un deporte de contacto, y los jugadores masculinos que han pasado por la pubertad masculina tienen una ventaja física”.
La política transgénero de la FA permite que las mujeres transgénero mayores de 16 años jueguen en el futbol femenino, siempre que sus niveles de testosterona coincidan con los rangos femeninos natales.
Pero los críticos argumentan que la política no aborda adecuadamente las preocupaciones sobre la justicia o la seguridad.
El ex presidente de la FA, Lord Triesman, criticó la decisión de la Cámara de los Lores y dijo: "Me parece que la han tratado de forma pésima y no tengo intención de dejarlo así".
La FA ha declarado que su política sigue bajo revisión mientras espera más orientación de la FIFA y la UEFA.