El golfista de 37 años ha aprendido que la mejor manera de abordar su juego es concentrarse en los golpes que está a punto de jugar, no en lo que haya ido bien o mal antes de eso.
Le dijo a la revista Bunkered: “Es gracioso, porque muchas veces me pongo muy duro conmigo mismo cuando cometo errores. La clave es estar lo más presente posible. Tienes que preocuparte por el golpe que tienes por delante y no concentrarte en el golpe que acabas de jugar. Es más fácil decirlo que hacerlo”.
“Eso es lo que pasa con nuestro juego, necesitas tener una memoria corta. Todo se trata del golpe que tienes frente a ti. A veces tienes que decirte a ti mismo que la tarjeta de puntuación es irrelevante. Todos esos golpes anteriores no tienen ningún efecto en lo que estás tratando de ejecutar ahora mismo. Tienes que estar completamente concentrado en lo que tienes entre manos y no permitir que los malos recuerdos te acosen. El único golpe que importa es el siguiente”, añadió.
Cuando se trata de golpes desde bunkers, Shane no tiene miedo de seguir un “viejo cliché”: “Tengo una configuración que utilizo siempre para los golpes desde bunkers. Apoyo mi peso en mi lado izquierdo y trato de mantenerlo allí durante todo el swing. Hacer eso me permite lanzar el palo con confianza a la arena. El viejo cliché –que debes golpear la arena aproximadamente una pulgada detrás de la pelota– es un cliché por una razón, porque realmente funciona bien”.