El técnico escocés ha sido reelegido como entrenador de los Toffees y admite que el atractivo emocional de volver al club que dirigió entre 2002 y 2013 lo tentó a volver al banquillo tras su salida del West Ham el verano pasado.

Cuando se le preguntó si Everton era el único trabajo que habría aceptado, Moyes reveló: "Sí, creo que sí, porque no creo que haya nada más. He tenido oportunidades de considerar otros trabajos, bastantes desde que dejé el West Ham, y no me sentía preparado para ello, pero siempre pensé que si llegaba el trabajo, era una oportunidad demasiado grande para rechazarla. Quiero demostrar que puedo volver a jugar. En el fútbol, ​​siempre tienes que demostrar lo que vales y trataré de hacerlo de nuevo".

Moyes tiene la tarea de preservar el estatus de la Premier League del Everton antes de que se trasladen a su nuevo estadio Bramley-Moore Dock a finales de este año y sabe que se enfrenta a la "enorme presión" de una pelea por el descenso: "Lo veo como una presión enorme y cuando te preocupas tanto por un club y pasas un período tan largo [fuera], me hace darme cuenta de que es un club muy popular, uno que necesita estar -y ha estado- en la máxima categoría. Sería una gran sensación para todos nosotros estar en el nuevo estadio. Pero sobre todo sería genial si fuéramos un club de la Premier League y pudiéramos darle a todo el mundo algo de lo que presumir".

Moyes dejó el Everton en 2013 para su desafortunada etapa en el Manchester United y cree que las cosas serán diferentes para ambas partes en su segunda etapa: "No creo que sea el mismo Everton. Y probablemente no sea el mismo David Moyes. Tal vez tenga un poco más de experiencia, un poco más de sabiduría. En última instancia, tenemos que asegurarnos de no estar cerca del fondo. Esa es la clave. Después de eso, podemos decidir cómo vamos y qué hacemos a partir de ahí".