El jugador de 32 años encuentra frustrante que algunos de sus movimientos más extravagantes en el campo hayan sido "de improviso" o "afortunados" porque trabaja muy duro dentro y fuera del campo estudiando el juego.

Habló con Telegraph Sport: "Creo que decir que soy de improvisar, la verdad no y en cierto modo soy afortunado. Estas cosas que se ven en la previa del partido, habilidades que habré practicado en el entrenamiento en el campo, son muchas habilidades que se practican y cuanto más se observan y estudian, más se captan los diferentes lenguajes corporales y habilidades y señales de dónde colocar la pelota”.

"Puede que a mucha gente le parezca algo improvisado, pero esas son las imágenes que veo en el campo. No lo veo así. No lo veo como algo arriesgado. Ese es mi estilo de juego”, añadió.

Finn destacó la importancia de poder "construir" su conocimiento del juego y de su oponente, así como el valor de sus relaciones con sus compañeros de equipo para lograr momentos de brillantez: “Para mí, lo que se consigue de manera espontánea es adquirir conocimientos sobre el juego, crear asociaciones con los compañeros de equipo y, luego, con las estadísticas que se pueden obtener cuando se analiza al rival, se puede ver que los trece fallan el 70 por ciento de sus tackles con el hombro izquierdo, frente al 95 por ciento con el derecho”.

"Ahora hay detalles muy precisos y todos ellos entran en juego cuando estás en el momento y has hecho el trabajo. Cuando llega ese momento, no estás pensando, solo tienes que reaccionar”, finalizó.