El peso semipesado de 35 años está constantemente en entrenamiento, incluso cuando no tiene peleas en el horizonte, porque es muy “apasionado” por su carrera.

“Empecé en los gimnasios pequeños y me he esforzado. Me he quedado en el gimnasio cuando podría haber engordado. Entreno a tiempo completo. Me encanta estar en el gimnasio y vivo dentro de mis posibilidades. No tengo que impresionar a nadie. El boxeo es mi trabajo y lo disfruto. No me acosaron. No estaba en pandillas. Tuve una educación estricta, pero boxeo porque me apasiona: me gusta levantarme e ir al gimnasio”, comentó para la revista Boxing News.

“El boxeo no es un trabajo de nueve a cinco. Lo veo como un plan de desarrollo continuo. Otros entrenan cuando consiguen una fecha para una pelea y cuando vuelven al gimnasio tienen que perder peso y deshacerse del óxido. Yo elijo quedarme en el gimnasio todo el tiempo, trabajando en cosas. Si Ishmael Davis hubiera engordado en lugar de quedarse en el gimnasio, no estaría donde está ahora”, agregó.

Si bien el padre boxeador de Shakan, Colin, era su “héroe”, espera ser una inspiración igual para su hija de nueve años, Leilani: “Solía ​​ver a mi padre pelear en la televisión. Mi padre era mi héroe. Solía ​​mirarlo con asombro. Ahora tengo una hija que me ve pelear. Ella es mi motivación. Sigo luchando por ella”.