El californiano de 34 años jugó con la leyenda del golf en las dos primeras rondas del Masters del año pasado y, aunque su compañero tuvo dificultades durante el torneo, Max aprendió mucho de él.

Declaró a la revista Bunkered: "Siempre soñé con ello. Es el mejor jugador de hierros de todos los tiempos, pero siempre quise verlo pegar hierros en ese campo. Fue genial verlo. Sobre todo con ese viento. Jugar en el campo con esa dificultad fue realmente divertido. Jugué con él y Jason Day y me dieron una clase magistral de maneras completamente diferentes. Es un magnífico chipper y pitcher, así que ver su creatividad y cómo se supone que se debe jugar en el campo de golf es genial... pero luego darle una paliza también”.

Max acabó tercero en el torneo del año pasado y no se dio cuenta de lo agotador que sería estar en la contienda por la victoria: "No he jugado en estas competiciones y lo hice durante los cuatro días. No hice un 65 y me colé. Tuve que dormir pensando en esto todos los días, esta sensación y este mono en la espalda”.

“Es agotador. Es una locura. No lo notas hasta que terminas, pero el domingo por la noche tenía a mis amigos en la ciudad; planeaba estar despierto toda la noche, contando historias y lo que fuera. Eran las 9 y me aferraba con todas mis fuerzas”, concluyó.