La pívot inglesa ha pasado 12 meses difíciles, en los que perdió a su padre galés, Simon, por cáncer, y a su madre inglesa, Paula, por cáncer, y está decidida a que su viaje a Cardiff sea lo más positivo posible dadas las circunstancias.

Al preguntarle cómo controlará sus emociones cuando Inglaterra juegue contra Cardiff la víspera del Día de la Madre, declaró al periódico Guardian: "Respirar es un factor importante y quiero estar presente. Será un detonante, pero espero que sea positivo. Sé que mi padre habría estado allí. Mi madre también. Así que lo voy a disfrutar".

[El Día de la Madre es] otro detonante. Durante el duelo, hablamos de los primeros momentos: el primer Día del Padre, el primer cumpleaños, la primera Navidad. Todos son detonantes.

Pero también son momentos para reflexionar sobre los buenos días y los recuerdos. Pensaré mucho en mamá y papá y en todo lo que significaron para mí”, agregó. 

Antes del torneo del año pasado, Meg aún estaba conmocionada por el diagnóstico de cáncer en etapa cuatro de su padre, pero admitió que jugó mejor que nunca: "Fue el mejor rugby que he jugado porque no hay nada peor que recibir esa noticia. Nada me entristece más ni me disminuye más el valor que perder a mi padre, uno de mis mejores amigos y el pilar de nuestra familia. Durante todo el Seis Naciones, mi padre no dejaba de decirme: 'Jugaste de maravilla, Megs'. Fue al partido de Bristol, Gales vs. Inglaterra. Era un galés orgulloso, pero me apoyó. Jugué un buen partido y él estaba entusiasmado”.