El Govern balear ha presentado un plan diseñado para paliar el impacto de los turistas en las infraestructuras locales, los recursos naturales y los residentes, en un documento de 350 páginas que pretende “reducir la dependencia” del turismo.

La presidenta balear, Marga Prohens, ha afirmado que, si no se actúa, “se mantendrá el escenario actual basado en el volumen de visitantes, la masificación y la explotación intensiva de los recursos”.

La propuesta incluía reducir el número de vuelos de bajo coste a Baleares, limitar el transporte terrestre a las islas, establecer zonas de bajas emisiones y fijar un máximo de visitantes por zona.

La viabilidad de limitar el número de vuelos económicos a las islas no está clara. El gobierno también está considerando imponer un impuesto medioambiental a los vuelos turísticos a las islas. El gobierno balear ha anunciado planes para aumentar su impuesto al turismo sostenible para las temporadas altas de verano y reducirlo en las temporadas bajas de invierno.

Prohens llamó a estas "medidas de contención del turismo". Incluyen impuestos sobre los coches de alquiler, el alojamiento turístico ilegal y las llegadas de cruceros.

Las Islas Baleares, un archipiélago al este de España en el mar Mediterráneo, son un destino turístico popular por sus soleadas playas.

Las islas, que incluyen Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, han estado sujetas en los últimos años a un exceso de turismo, que ha agotado los recursos naturales de la isla y ha enfadado a los lugareños.