Esto se produce después de que el país se quejara de la masificación y la falta de vivienda asequible en zonas turísticas de gran afluencia, con 94 millones de turistas que visitaron el país en 2024.

Se han celebrado varias protestas en zonas turísticas como Barcelona y Tenerife, y como resultado, las autoridades locales han establecido normas que los turistas deben cumplir.

La primera norma es el aumento de la tasa turística en las Islas Baleares y Barcelona. En Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, las tasas por pernocta podrían subir de 3,36 £ a 5,04 £ por persona y noche. Las tarifas variarán según la calidad del alojamiento; los huéspedes de hoteles de cuatro y cinco estrellas pagan más en los meses de junio, julio y agosto. En Barcelona, ​​la tasa turística se duplicará, con un máximo de 12,40 £ por persona y noche.

La segunda norma es que no se aceptarán billetes de 50 euros dañados, ya que el banco central está intentando retirarlos de la circulación para evitar el fraude.

En tercer lugar, en Gran Canaria, se han establecido normas sobre lo que no se puede hacer en una playa pública, como cocinar o usar una sombrilla. Si se infringen estas normas, los turistas podrían recibir una multa de 2500 £.

Los recorridos a pie en Palma de Mallorca estarán limitados a un grupo de 20 personas, y en Sóller, Mallorca, se aplicará la única restricción para los residentes: los coches.

En enero de este año, se promulgó una ley en Málaga, Alicante, Madrid y Sevilla que prohíbe el registro de nuevos alquileres vacacionales en 43 distritos de la zona. Por último, en Llucmajor, Palma, Magaluf en Mallorca y Sant Antoni en Ibiza se ha impuesto una prohibición de consumir bebidas alcohólicas desde las 21.30 horas hasta las 8.00 horas del día siguiente y tampoco se puede beber en la vía pública durante ese horario.