Se han celebrado varias protestas en zonas turísticas como Barcelona y Tenerife, y como resultado, las autoridades locales han establecido directrices que los turistas deben cumplir.

La primera norma es el aumento de la tasa turística en las Islas Baleares y Barcelona. En Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, las tasas por pernocta podrían subir de 3,36 libras a 5,04 libras por persona y noche. Las tarifas variarán según la calidad del alojamiento, siendo los huéspedes de hoteles de cuatro y cinco estrellas los que pagan más en los meses de junio, julio y agosto. En Barcelona, ​​la tasa turística se duplicará, con un máximo de 12,40 libras por persona y noche.

La segunda norma es que no se aceptarán billetes de 50 euros dañados, ya que el banco central está intentando retirar la moneda dañada de la circulación para evitar el fraude.

En tercer lugar, en Gran Canaria, se han establecido normas sobre lo que no se puede hacer en una playa pública, como cocinar o usar una sombrilla. Si se incumplen estas normas, los turistas podrían recibir una multa de 2500 libras.

Los recorridos a pie en Palma, la capital de Mallorca, estarán limitados a un grupo de 20 personas, y en Sóller, Mallorca, solo se aplicará la restricción de coches para residentes.

En enero de este año, se promulgó una ley en Málaga, Alicante, Madrid y Sevilla que prohíbe el registro de nuevos alquileres vacacionales en 43 distritos de la zona. Finalmente, en Llucmajor, Palma, Magaluf (Mallorca) y Sant Antoni (Eivissa), se ha impuesto una prohibición de consumo de alcohol. No se podrán comprar bebidas alcohólicas desde las 21:30 hasta las 8:00 del día siguiente, ni beber en la vía pública en ese horario.